viernes, 2 de enero de 2015

LA DUCHA

¿Ducha fría o caliente?


Cuando finalizamos una actividad física llega el momento más placentero tras un esfuerzo físico, es decir, una buena ducha. Al finalizar el ejercicio, el cuerpo se encuentra con una temperatura interior aumentada respecto a la situación de reposo.
Al ducharnos posteriormente con agua caliente, el cuerpo no pierde el calor interno por lo que tras la ducha volveremos a sudar. Si por el contrario nos duchamos con agua fría, produciremos una vasoconstricción en los vasos sanguíneos de nuestra piel.
 Así pues, tras ducharnos y secarnos volveremos a sudar ya que el organismo tendrá que eliminar el calor retenido sudando. De esta manera, recomiendo no ducharnos inmediatamente después del ejercicio físico. Sería interesante realizar una pequeña vuelta a la calma para disminuir el calor interno del organismo. Más tarde, en la ducha, procuraremos que el agua sea templada y aplicaremos principalmente el agua
 sobre el cuello, muñecas e ingles puesto que de esta forma ayudaremos al cuerpo a disminuir el calor residual. De esta manera enviaremos volver a sudar tras una correcta ducha. Así pues, más que la temperatura del agua es más importante el tiempo que pasa desde la actividad física hasta la ducha para una correcta rehidratación corporal.


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